martes, 29 de septiembre de 2009

Maldito coltan

Últimamente se habla mucho de ello: el coltan, lo necesario que es y su conflictiva extracción. Sí, se habla pero no lo suficiente.
La demanda de esta combinación de dos minerales -columbita y tántalo- crece continuamente, puesto que es muy resistente a las altas temperaturas y resulta imprescindible desde para la industria aero-espacial a la microelectrónica (ordenadores, móviles, reproductores, televisiones, etc.) por lo que no sólo es de alto valor comercial sino también estratégico.
El 80% de las reservas de coltan se encuentran en el Congo, pais que aún dista mucho de estabilizarse tras su última guerra. Por si hace falta os recuerdo: tras la calamitosa colonización belga y su genocidio por parte de Leopoldo II (como casi todos los genocidas murió en su cama y a avanzada edad) y sus secuaces, el pais se vió envuelto en dos guerras de limpieza étnica y política entre los hutus y los tutsis. No creo que aquí llegaran al grado de genocidio, por causas similares, de Ruanda, pero las matanzas, mutilaciones y violaciones se contaron por miles, y todos, alguna vez, hemos visto escenas horrorosas de ciudadanos mutilados en nuestras televisiones.
El alto valor del coltan y las pésimas condiciones del pais provocan que su extracción sea manual y con métodos propios del s. XIX, con pico y pala y expuestos a las radiacciones -pues se suele encontrar junto con pequeñas cantidades de radio, torio y uranio- y en condiciones, en muchos casos de esclavitud, o semiesclavitud. Se ha denunciado el secuestro de familias enteras para trabajar, en esclavitud total, en la minas. Aproximadamente han muerto ¡¡ 3,5 millones !! de congoleños en las minas. Es frecuente la extracción ilegal y el contrabando desde los paises limítrofes. Un minero de coltan gana como máximo 40 $ a la semana, que aunque es bastante más de la media del pais dista mucho del valor de la mercancia que en ese periodo puede extraer: 2-2.400 $.
Con todo lo útil que son los ordenadores, cómodos los móviles, etc. ¿Merece la pena? Sé que están muy lejos, no hablan nuestro idioma, no los conoceremos nunca, pero ¿se merecen todo eso a cambio de nuestro confort?
Sigo en mi idea que cuanto más conozco al genero humano, más quiero a mi perro.

1 comentario:

Jordi dijo...

De acuerdo con tu ultima frase y tu exposicion.

Saludos.