Los dos hombrecillos fueron llamados a la Ópera, donde les esperaba el monarca.
-Vaya espectáculo estais dando, payasos-. El Bombón evidentemente enfadado -Zapatitos, aquí cada vez trabajan menos, mientras tú te dedicas a condonar deudas y subir los impuestos, sigues y sigues bajándote los pantalones con los catalinos ¿ya no quieren ser ñoletes?-
El tipejo, sonriente y silabeando palabra a palabra, casi como si no supiera hablar, contesta -Majestad, mis amigos catalinos de partido me amenazan con la excisión, y yo los necesito más que nunca. Y a los parados no les dejo sin ayuda, he aprobado propinas para todos-
Tapoy, exultante de alegría, interviene -Eso, eso, majestad. Éste está rompiendo Lacaña, los ñoletes se quedan sin trabajo y los fiscales, en vez de perseguir a los enemigos de mi país, encarcelan a los hombrecitos de bien-
Más iracundo aún, Carlitos interpela a éste -Pero ¿qué dices imbécil? ¿Cómo que tu país? Lacaña es mía por mandato de Dios y línea sanguínea, y de nadie más.
Zapatitos buscando brotes de cualquier color mientras piensa en su alianza de civilizaciones, su próxima visita a Bobama y las pelis del Disney chanell, que tanto le gustan; Tapoy pidiendo elecciones, oponiéndose a todo y buscando si allí mismo, en el palacio de la Ópera, Zapatitos había perdido más ñoletes de su saco.
-¿Y quién pagará mis inmumerables gastos? Dime, cómo pagar mis viajes, yates y, sobre todo, mi enorme familia numerosa, tan llena de necesidades- Carlitos Bombón no sentía orgullo ni satisfacción, sólo desprecio por estos dos incompetentes.
Y los dos personajillos, que no saben o quieren enterarse de nada se fueron. Zapatitos a jugar con la videoconsola en el palacio de la Tontoya, y Tapoy a la cueva de Alí Babá, a planear con sus compinches nuevas estrategias contra su enemigo, el malvado Zapatitos.
-¿Se irá Zapatitos, como un buen Erasmus, a Arabia Saudí? ¿Se dedicará Tapoy a la cría del berberecho en su Talicia natal o del champiñón en la cueva de Alí Babá? ¿Continuarán estos relatos?
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