YO NO ME VACUNO

Contra la gripe AN1H1. No, porque no me fio de la OMS, ni de los Gobiernos (incluído el nuestro), los Ministerios de Sanidad, las instituciones públicas, y menos, de la industria farmacéutica.
Salvo motivaciones ocultas y perversas, sigo sin entender el histerismo, general y desproporcionado, de todas las instituciones mundiales comprometidas. La nueva gripe es menos agresiva y mortal -mucho menos- que la estacionaria; los principales gobiernos se han gastado auténticas fortunas -con el dinero del contribuyente- en la adquisición de vacunas que, en el mejor de los casos, no se conoce su efectividad; en pasadas pandemías (EEUU 1976, vacas locas y gripe aviar) se produjeron casos similares y aún hay demandas multimillonarias contra ciertos gobiernos por las secuelas (paraplejias totales o parciales y parálisis cerebrales) sufridas por alguno de los "sumisos" ciudadanos que se vacunaron; cada vez son más las voces que desde el mundo científico y sanitario advierten y desconfían sobre las causas y efectos de la AN1H1; ha pasado el invierno sobre el hemisferio sur (sin vacunar) y sus consecuencias han sido mínimas.
Siempre se ha sabido, y dicho, que las grandes mafias narcotraficantes disponen de tantísimo poder -económico y de todo tipo- que pueden comprar voluntades al precio que sea: mediante soborno o chantaje puro y duro. Pero en lo referente a esta pandemia que "se han sacado de la manga", lógicamente, no se trata de narcotraficantes, sino de la mafia que es la industria farmaceútica internacional. De igual manera que no entiendo las políticas gubernamentales sobre las drogadicciones, ahora no lo entiendo sobre la gripe A. O sí: al buen entendedor pocas palabras bastan.
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El siguiente vídeo es el 1/6 con la entrevista a Jane Burgermeister (periodista austriaca sobre salud) en el que denuncia el envío, por parte de Blaxter, a 18 paises de vacunas contaminadas con el virus vivo de la gripe aviar. ¿Va encajando todo?